Una colaboración internacional entre científicos del Laboratorio Nacional Argonne del Departamento de Energía de EE. UU., los Laboratorios Nacionales Sandia y el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA ha dado lugar a un avance importante en nuestra comprensión de la química atmosférica, en particular de los compuestos orgánicos secundarios en la formación de aerosoles (SOA). La troposfera de la Tierra. Este descubrimiento, basado en una clase de compuestos llamados intermedios de Criegee (CI), reveló su importante papel en la formación de SOA a través de un proceso de oligomerización, un hallazgo que tiene implicaciones para la composición de nuestra atmósfera, el clima y el aire. Puede cambiar su efecto. en calidad.
Mediciones de campo incomparables en el Amazonas
El enfoque innovador del equipo los llevó a la selva amazónica, un actor importante en el panorama global de SOA, donde realizaron mediciones de campo que proporcionan evidencia clara de las reacciones de la CI. Utilizando métodos de detección avanzados para moléculas en fase gaseosa y aerosoles, identificaron firmas químicas consistentes con la reacción de un compuesto intermedio de Criegee que contiene carbono, hidrógeno y oxígeno (CHOO). Esta fue la primera vez que tales procesos se observaron directamente en el campo, salvando la brecha entre las expectativas teóricas y la química atmosférica del mundo real.
Métodos experimentales y teóricos avanzados.
La colaboración aprovechó algunas de las herramientas experimentales y teóricas más sofisticadas del mundo en sus estudios. Esto incluye métodos experimentales de última generación caracterizados por reacciones mediadas por Criegee y cinética teórica avanzada para predecir reacciones no medidas. Además, el equipo utilizó modelos químicos globales integrales para evaluar los efectos esperados de la oligomerización en la troposfera. Estos esfuerzos combinados llevaron a la comprensión de que la química de la CI podría ser más efectiva para cambiar la composición de la troposfera de lo que se había calculado previamente, lo que requirió una revisión de los modelos atmosféricos existentes.
Implicaciones y direcciones futuras
Si bien el descubrimiento del papel de los CI en la formación de SOA es una señal de progreso en la ciencia atmosférica, también abre nuevas vías para la investigación. Los resultados indican que la influencia de la química del CI en la troposfera puede reducirse considerablemente, lo que apunta a la existencia de otros mecanismos químicos desconocidos en juego. A medida que la comunidad científica continúa desentrañando las complejidades de la química atmosférica, esta investigación allana el camino para un modelado más preciso de la composición atmosférica y sus efectos sobre el clima global y la calidad del aire.
En última instancia, este trabajo innovador no sólo amplía nuestro conocimiento de un importante proceso atmosférico, sino que también subraya la importancia de la cooperación internacional para resolver desafíos ambientales complejos. A medida que avancemos, los conocimientos adquiridos en este estudio sin duda influirán en las direcciones y estrategias de investigación futuras destinadas a comprender y mitigar los impactos del cambio climático en nuestro planeta.