La visión tradicional de cómo se regulan las células vivas ha cambiado drásticamente en la última década.
Clifford Brangwynne, profesor de ingeniería química y biológica de June K. Wu ’92, ha desempeñado un papel clave en esa revolución.
A partir de un artículo de 2009, su investigación comenzó a combinar la biología molecular y la ciencia de los materiales, lo que condujo a conocimientos fundamentales sobre la física de pequeños componentes celulares conocidos como orgánulos y el cáncer, ELA, y a sugerir nuevas formas de tratar la enfermedad de Alzheimer.
Antes de este avance, los científicos veían los orgánulos como pompas de jabón, con una membrana separada que separa el interior del exterior. Brangwyn y su entonces consultor Anthony Hyman demostraron que muchas estructuras dentro de las células son como gotas de lluvia, donde las biomoléculas se mueven desde su entorno y se acumulan: sin membrana ni piel.
Al principio, el descubrimiento sólo causó una leve impresión en el mundo científico. Cuando Brangwynne se unió a la facultad de ingeniería química y biológica de Princeton en 2011, el artículo había recibido menos de 10 citas. Pero desde entonces, él y sus colegas han producido un flujo constante de investigaciones que amplían los hallazgos originales y revelan implicaciones de gran alcance para la biología celular, la bioingeniería y la biomedicina. Una comunidad de científicos tomó nota y comenzó a participar en el creciente campo. Hoy en día, una búsqueda de «condensados biomoleculares» u «orgánulos sin membrana», como se denominan estos componentes, en Google Scholar arroja más de 40.000 resultados de búsqueda.
Los primeros trabajos de seguimiento han relacionado este fenómeno con enfermedades neurodegenerativas. Más recientemente, se vinculó con la expresión y la regulación genética, quizás el mecanismo más fundamental de la vida. Brangwynne, ahora director del Instituto de Bioingeniería Omenn-Darling, describe estos hitos como críticos en el desarrollo del campo, puntos de inflexión que llevaron a su expansión a una amplia gama de áreas de aplicación, incluida la agregación de proteínas y la reacción de inmunidad viral. Proliferación celular, cáncer y muchos otros procesos.
Hoy en día, Brangwen centra sus energías no sólo en el programa de investigación de su grupo, sino también en cultivar y formar investigadores talentosos que harán avanzar el campo y su potencial. Recientemente, los científicos que inician su carrera y se capacitaron en su laboratorio ocuparon puestos académicos de primer nivel y recibieron algunas de las becas más competitivas en ciencias biológicas.
«Todo depende de los entrenadores», dijo. «Eso es algo de lo que estoy muy orgulloso».